La historia nos ha demostrado una y otra vez que nada es constante al 100% y que todo puede, más bien suele, cambiar. Cambian las formas de gobierno, cambian quienes gobiernan, cambian las costumbres, cambia el entorno... Todo lo que nos rodea cambia. Y el fútbol, una de esas cosas que nos rodea, también cambia. Y a lo largo de la historia del fútbol hemos visto de todo. Desde lo más positivo hasta lo más negativo. Y cuando creemos que ya lo hemos visto todo, algo nos demuestra que estamos equivocados. Afortunadamente o desgraciadamente, claro. Y en ocasiones hay que volver a las costumbres del pasado para volver a sorprendernos. Y el fútbol nos ha vuelto a demostrar que del pasado se pueden aprender muchas cosas. Y que cosas que en su día fueron básicas y que en la actualidad han caído en el desuso, también sirven. Así, en un mundo repleto de 4-4-2 con doble pivote, los líberos y los mediapuntas también tienen cabida.
Egipto, la campeona de las dos últimas CAN, ha usado ese líbero en las dos últimas competiciones. Y las dos las ha ganado más que merecidamente. También ha utilizado mediapunta. ¡Y qué mediapunta! Abou Trika, el asesino sonriente, lleva muchos años dando razones para la desaparición de la fuerza por encima del talento. Y ha sido calificada por todos como la selección que mejor fútbol ha hecho durante la Copa África. Y la más inteligente tácticamente. Porque una cosa no quita la otra. Y porque retomar una posición como la del líbero, que, exceptuando tres o cuatro equipos más(refiriendome a ligas medianas o grandes), ya nadie usa, no es un signo de decadencia. Sino, en este caso, un signo de progreso y prosperidad. O, por decir otro, en el del Udinese. Y apostar en un mundo repleto de dobles pivotes por el mediapunta clásico tampoco tiene que ser nada negativo. Porque, siendo sinceros, ¿qué hay que haga disfrutar más, aparte de un gol, que un mediapunta entonado?
Un ejemplo claro e inequívoco: Jose María Gutiérrez Hernández. Parece raro que quien lo diga sea yo, pero creo que a día de hoy, y aunque suene ventajista, es el mejor jugador de campo español. Ni Iniesta, ni Torres, ni Ramos. Guti. Quizás por mi manera de ver el fútbol, quizás porque todavía no me creo el recital que ha dado ante el Valladolid(y van...) o quizás porque lleva muchas semanas siendo el mejor del Real Madrid. No lo sé. Otro ejemplo: Juan Román Riquelme. Defenestrado por el Villarreal, en Boca sigue dando lecciones de fútbol. Al igual que Guti, no necesita estar activo todo el partido. En este primer partido del Clausura le bastó con un sólo momento de lucided durante 90 minutos para dar un gol y poner por delante a un Boca que hasta entonces estaba jugando mucho peor que su rival, Rosario Central, y que merecía ir perdiendo. Mal partido que una genialidad de Riquelme habría salvado de no ser por otra genialidad del Kily González, que empató con un trallazo. El mejor de este partido, al contrario de Guti, no fue Riquelme. Pero sí fue el jugador clave.
El fútbol es reciclable. Y todos los sistemas son válidos si hay jugadores con calidad para cada posición. Pero, y no nos vamos a engañar, todo se rige por las modas. Ahora está de moda ser resultadista. Los entrenadores son resultadistas, los aficionados son resultadistas y la prensa es resultadista. Muchas veces no se quiere admitir lo que se es por creer que es malo, cuando no es así. Y si para ser resultadista hay que acudir al 1-0 constantemente, se acude. Y si para eso hay que cortar por lo sano al líbero y al mediapunta, se corta por lo sano. Sin ningún problema. Es una forma de ver el fútbol. Una forma muy respetable y comprensible teniendo en cuenta la presión a la que son sometidos constantemente todas las personas relacionadas con el mundo del fútbol. Por eso, cuando alguien me demuestra que dentro de esta moda hay quien rema a contracorriente para mostrar que las genialidades de otras épocas no han muerto, me siento feliz. Ahora hay otras genialidades. Pero ya no se valora tanto esos pases imposibles. Ahora se valoran más las bicicletas y las elásticas.
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lunes, 11 de febrero de 2008
viernes, 8 de febrero de 2008
Me inclino ante Egipto
Hasta ayer era una de esas personas que creían que, a pesar de que algunos expertos opinasen lo contrario, Costa de Marfil se llevaría la Copa África. Una de esas personas que creía que una plantilla tan poderosa no tendría grandes problemas para llevarse la CAN. Una de esas personas que creía que el principal problema de los elefantes eran ellos mismos. Hasta que ayer un Egipto que me sorprendió gratamente logró un 4-1 que si bien es cierto que no hizo justicia con lo visto en el terreno de juego por lo abultada que fue la victoria, nos demostró a los aficionados ignorantes y a las casas de apuesta lo que se puede hacer con un poco de orden táctico, con jugadores inteligentes que saben controlar un partido y saben cuándo hay que enfriar el choque y cuando hay que romperlo. Y con un equipo que está claro que ha sido infravalorado se ha metido en una final, la de la CAN, que ahora parece tan desequilibrada que probablemente eso la haga equilibrada. Y no podemos descartar que Camerún haga su primer partido notable en la final por primera vez en todo el campeonato y se proclame ganador. Por el momento, el partido que muchos veíamos en la final lo veremos un día antes de lo esperado.
Porque la lección que le ha dado Egipto a Costa de Marfil ha sido fantástica. Hay que admitir que el 4-1 fue demasiado abultado y que es posible que si Egipto y Costa de Marfil intercambiasen porteros quizás otro conjunto hubiese ganado, pero que Egipto fuese tácticamente tan superior a Costa de Marfil y que controlase tan bien los tiempos del partido ha sido tan obvio como fabuloso. Sobre todo teniendo en cuenta la anarquía táctica que ha reinado a lo largo de este torneo, viendo en muchas ocasiones jugadores fuera de sus posiciones y fueras de juego muy mal tirados. El gol de Camerún es un ejemplo de esto último. Un gol en el que Dramani, centrocampista ofensivo, habilita la posición de Nkong. Todo el partido sin tener más ocasiones que un trallazo a la cruceta de Geremi se resolvió en un error táctico de Ghana. A pesar de que los anfitriones dispusieron de varias ocasiones que perfectamente podrían haber sido gol. A pesar de que Essien, el jefe del centro del campo, tuviese que jugar como central, secando a Eto´o, por una lesión en el calentamiento de Kingston.
Porque Egipto tácticamente es la mejor selección de África a día de hoy. A pesar de que Costa de Marfil comenzó atacando y tuvo varias oportunidades que perfectamente podrían haber decantado el partido a su favor. Pero eso fue fruto de la innegable calidad arriba de Costa de Marfil, que repito que creo que tiene la mejor plantilla del torneo, pero la cantidad de ocasiones que tuvo Egipto y lo bien que se defendió, exceptuando el gol de Keita en el que nadie salie a presionar al jugador del Lyon. El resto del partido Egipto hizo que Costa de Marfil tuviese un dominio del balón infructuoso. la consigna egipcia fue clara: Jugadores bien replegados atrás, controlar bien a Drogba, laterales y centrocampistas que suben y bajan incansablemente y posesiones de balón cortas, rápidas y productivas. Mientras Costa de Marfil atacaba en grupo, defendían los defensas, con lo que influyó el nefasto partido de Kolo Touré, y tenía posesiones largas y poco productivas. El resultado final fue que Egipto acabó teniendo más ocasiones de gol que Costa de Marfil.
Ahora, su próximo rival será Camerún en la final. Una selección, la camerunesa, que ya sucumbió ante los egipcios en el primer partido de la fase de grupos. Camerún, con jugadores repartidos por toda Europa, contra Egipcio, con jugadores fundamentalmente de una liga egipcia que no es muy famosa precisamente y que no cuenta con jugadores famosos a nivel internacional. Pero, visto lo visto, habrá que seguir la liga en la que juega el último finalista de la Champions League asiática, el Al-Ahly. Hay que aprender a disfrutar con ver equipos en los que los hombres son más importantes que los hombres. Es la moda, por decirlo de alguna forma. De momento, yo me inclino ante Egipto.
Porque la lección que le ha dado Egipto a Costa de Marfil ha sido fantástica. Hay que admitir que el 4-1 fue demasiado abultado y que es posible que si Egipto y Costa de Marfil intercambiasen porteros quizás otro conjunto hubiese ganado, pero que Egipto fuese tácticamente tan superior a Costa de Marfil y que controlase tan bien los tiempos del partido ha sido tan obvio como fabuloso. Sobre todo teniendo en cuenta la anarquía táctica que ha reinado a lo largo de este torneo, viendo en muchas ocasiones jugadores fuera de sus posiciones y fueras de juego muy mal tirados. El gol de Camerún es un ejemplo de esto último. Un gol en el que Dramani, centrocampista ofensivo, habilita la posición de Nkong. Todo el partido sin tener más ocasiones que un trallazo a la cruceta de Geremi se resolvió en un error táctico de Ghana. A pesar de que los anfitriones dispusieron de varias ocasiones que perfectamente podrían haber sido gol. A pesar de que Essien, el jefe del centro del campo, tuviese que jugar como central, secando a Eto´o, por una lesión en el calentamiento de Kingston.
Porque Egipto tácticamente es la mejor selección de África a día de hoy. A pesar de que Costa de Marfil comenzó atacando y tuvo varias oportunidades que perfectamente podrían haber decantado el partido a su favor. Pero eso fue fruto de la innegable calidad arriba de Costa de Marfil, que repito que creo que tiene la mejor plantilla del torneo, pero la cantidad de ocasiones que tuvo Egipto y lo bien que se defendió, exceptuando el gol de Keita en el que nadie salie a presionar al jugador del Lyon. El resto del partido Egipto hizo que Costa de Marfil tuviese un dominio del balón infructuoso. la consigna egipcia fue clara: Jugadores bien replegados atrás, controlar bien a Drogba, laterales y centrocampistas que suben y bajan incansablemente y posesiones de balón cortas, rápidas y productivas. Mientras Costa de Marfil atacaba en grupo, defendían los defensas, con lo que influyó el nefasto partido de Kolo Touré, y tenía posesiones largas y poco productivas. El resultado final fue que Egipto acabó teniendo más ocasiones de gol que Costa de Marfil.
Ahora, su próximo rival será Camerún en la final. Una selección, la camerunesa, que ya sucumbió ante los egipcios en el primer partido de la fase de grupos. Camerún, con jugadores repartidos por toda Europa, contra Egipcio, con jugadores fundamentalmente de una liga egipcia que no es muy famosa precisamente y que no cuenta con jugadores famosos a nivel internacional. Pero, visto lo visto, habrá que seguir la liga en la que juega el último finalista de la Champions League asiática, el Al-Ahly. Hay que aprender a disfrutar con ver equipos en los que los hombres son más importantes que los hombres. Es la moda, por decirlo de alguna forma. De momento, yo me inclino ante Egipto.
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