Autobombo: ¿Resurrección brasileña en el Camp Nou?

A partir de hoy y semanalmente cada jueves participaré en ese blog que os recomiendo fervientemente, que está empezando y que tan buena pinta tiene como es Blogmix: Fútbol en estado puro, siendo el responsable, palabra que suena bien pero que en este caso no es que lleve demasiada responsabilidad, de la sección La pregunta de la semana, que tratará de lo que su propio nombre indica. ¿No os queda claro? Tendreis que pasaros a ver. No os queda otra...

Los textos que escriba en Blogmix no los publicaré aquí íntegramente, y quizás alguno ni publique aquí un extracto, pero la sección seguirá su curso cada jueves publique lo que publique aquí.

Hará algo más de una temporada que Ronaldinho perdió la chispa. Perdió la habilidad de regatear y la de crear pases fantásticos deslumbrando al mundo en cada jugada. Todo después del Mundial. Pero sobrevivió. Sobrevivió porque de la conocida tripleta mágica atacante blaugrana, sólo estaba él. Y por ello era el encargado de marcar los goles. Y firmó su mejor registro goleador en la Liga española con diferencia llegando a optar por el pichichi en algunos momentos de la Liga. Pero no era el gran Ronaldinho que desbordó en su día. Marcaba goles de jugada, de cabeza, de falta y de penalty. Y ahí se acababa su rendimiento con el Barcelona. Hasta que volvieron sus dos compañeros en ataque y se vio de nuevo en la posición en la que se coronó mejor jugador del mundo. Una vez allí de vuelta, coincidió con la tónica general del grupo, que estaba en claro descenso y se salvó relativamente de las críticas. Aunque se llevó palos, claro.