El día en el que Brasil festejó el Catenaccio

Brasil fue al mundial con su cuadrado mágico. Llevaba a unos jugadores dispuestos a seguir con el jogo bonito. Pero, contra todo pronóstico, fracasó. Y fracasó en cuartos de final. Italia, por su parte, fue con un escándalo en su país y con un montón de jugadores bajo sospecha. No fue la Italia ultradefensiva de siempre, pero hizo gala del Catenaccio en multitud de ocasiones. Sufrió lo insufrible para ganarle a rivales de menos categoría. Pero se llevó el mundial. Así que Dunga pensó en que quizás ya era hora de modernizarse y dejar atrás el juego ultraofensivo del que ha presumido Brasil prácticamente siempre y, como dijo hace poco, dejar paso a la globalización. El resultado lo hemos visto todos: Brasil "B" campeona de la Copa América humillando en la final a una Argentina que si no ha ganado a la Brasil que ha ido a la Copa América no creo que le vaya a ganar nunca.

El Catenaccio de Dunga ha hecho que, como Italia en sus tiempos y como el Madrid de esta temporada, sufra para abrir la lata en partidos en los que el rival es teóricamente inferior. Tras el severo correctivo que le impuso México, Dunga decidió cargarse primero a Diego y después a Anderson, eliminando así cualquier atisbo de creatividad por parte de su equipo. Pero fueron ganando partidos poco a poco y se plantaron en la final con, eso sí, una pequeña ración de fortuna. Como el Real Madrid de Capello. Como la Italia ganadora del mundial de Alemania o de España.

En la final, Julio César Clement Baptista marcó un golazo a los 4 minutos de partido. Abbondanzieri hizo la estatua, pero creo que no tenía posibilidades de parar el tiro que fue buscando escuadra y que finalmente la encontró. Argentina tenía que remontar. Y, como siempre, fue tocando y tocando de una manera tranquila y lenta. Pero se empeñaron en entrar por el centro y por ahí no fueron capaces. Cuando entraban por banda creaban mucho más peligro. Y fue por la banda un centro de Messi que dejó Verón de cabeza a Riquelme para que el ídolo de Boca enviase con la zurda un trallazo al palo de Doni. La albiceleste tomó el mando, pero no acababan de trenzar una jugada lo suficientemente buena como para igualar el marcador. Tuvo otra Riquelme, pero Doni se lució enviando a córner. La flor de Dunga hizo que cuando peor lo pasaba Brasil, Ayala enviase un centro de Daniel Alves, que sustituyó sobresalientemente a un Elano que se marchó lesionado, al fondo de su portería. Error del nuevo jugador del Zaragoza y de un Abbondanzieri que no completó su mejor partido precisamente. El portero del Getafe debió o quedarse en la portería o salir y avisar a Ayala de que no tocasó el balón. Pero salió y no avisó a Ayala, por lo que éste remató a puerta vacía. Basile en el descanso no se atrevió a sacar a Aimar, y una Argentina desconocida deambuló por el terreno de juego hasta que Daniel Alves en una buena contra, le cruzaba el disparo a Abbondanzieri y el portero del Getafe no pudo detener el chut raso. Después marcó Messi, y le indicaron un fuera de juego dudoso, pero nada habría cambiado. La albiceleste deberá plantearse si lo que han hecho en esta final servirá como lección o si volverán a fallar en los momentos claves cuando son favoritas una y otra vez como viene sucediendo desde que perdió la anterior final de la Copa América contra el mismo rival y como se repitió en el Mundial de Alemania ante la anfitriona.

Mi once titular de esta Copa América sería: Doni; Zanetti, Alex, Márquez, Bornstein; Messi, Mariño, Riquelme, Robinho; Nery Castillo y Humberto Suazo.