Modric, Suárez y la maldición del Ajax.

Esta tarde-noche se jugaba en el Amsterdam Arena el partido más atractivo de esta ronda preliminar de la Copa de la UEFA. Dos equipos que habían caído en la previa de la Champions se enfrentaban en el Amsterdam Arena con una ventaja para los locales al haber ganado en Zagreb gracias a un solitario gol de Rommedahl. Y en Amsterdam han jugado un buen partido croatas y holandeses. Pero sólo podía pasar uno. Y teniendo en cuenta la calidad de uno y de otro equipo, lo lógico habría sido que el Ajax, que es líder de su liga y que había ganado en Zagreb, lograse marcar pronto y matar el partido en alguna contra. Pero la maldición europea que le cae al Ajax desde lo que le ocurrió contra el Copenhaguen, ha vuelto a salir como contra el Slavia de Praga y el resultado ha sido la eliminación de un Ajax que sólo al final de la prórroga fue capaz de lograr un resultado que se acercó mucho más a lo visto sobre el terreno de juego que el 0-3 que llegó a reflejar el marcador.

Y es que el Dínamo de Zagreb salió sin complejos a dominar a un Ajax que está comenzando a demostrar una Suarez-dependencia preocupante. El uruguayo, como ya es habitual, fue el mejor de los suyos, pero estuvo gris en la definición en parte porque se encontró con un Georg Koch con buenos reflejos y siempre bien colocado. Los croatas se adelantaron gracias a un penalty bien ejecutado por Luka Modric, el crack del Dínamo. Y a partir de ahí Luis Suárez quiso tirar del equipo estrellándose una y otra vez con el portero rival. Y en medio de la impotencia, fingió una agresión que el árbitro vio claramente como teatro y el uruguayo se llevó su amonestación correspondiente. Y es que según pasaban los minutos, al Ajax le pasó lo que le ocurrió ante el Groningen: Los jugadores rivales cambiaban su lengua por el checo asombrosamente. Y con Suárez desafortunado y Huntelaar sin aparecer, el Ajax se quedó sin opciones serias en ataque. Lo que le llevó un dominio en el que siempre acababan encontrándose con el veterano Georg Koch.

Y llegaron a la prórroga, donde el Dínamo marcó el segundo que sentenciaba a los ajacied. Y luego llegó el tercero. Y los jugadores del Ajax no sabían dónde meterse. Pero Huntelaar, en una prórroga de infarto, quiso poner emoción y despertó de su letargo en el que estuvo sumido casi todo el partido para marcar el 1-3 que todavía dejaba a los de Amsterdam muy lejos de su remontada. Y en el descuento de la prórroga, sin tiempo para más, Huntelaar anotó el 2-3 que reflejó que el Ajax fue otra vez en Europa un quiero y no puedo y que el Dínamo de Zagreb aprovechó bastante bien sus ocasiones y movió el balón con mucho criterio en gran parte gracias a Luka Modric, quien además creó peligro a balón parado.

La maldición del Ajax comienza a extenderse hasta límites insospechados. Hace nada era un grande de Europa, pero ahora tiene un problema de mentalidad bastante grande: Si va con miedo a una eliminatoria europea, perderá siempre. Y hoy salió a dejarse dominar hasta que le marcaron el primero. Ten Cate tiene mucho que mejorar en la mentalidad de este equipo. Porque un entrenador, además de ser un buen estratega y demás, tiene que ser un buen psicólogo y saber motivar a sus jugadores. Y el ex del Barcelona no parece hacerlo bien.